A los que somos aficionados al vino nos gusta tener en casa alguna que otra botellita para tomarla cuando surja la ocasión, pero ¿cómo tener garantía de que al abrirla el vino va a estar en condiciones?
Voy a hablar de lo que está en nuestra mano poder controlar.
Lo primero a tener en cuenta es que el vino está vivo y por lo tanto es sensible a la humedad, a los cambios de temperatura, a las vibraciones…
El lugar elegido para conservar el vino debe estar a una temperatura que no sufra grandes alteraciones, lo ideal sería entre 10º y 18º (¡a que diseñador de cocinas se le ocurriría poner los botelleros junto a la cocina o el horno con la temperatura que alcanzan!); no todos tenemos la suerte de tener bodega, algunos trasteros si reúnen las condiciones de temperatura, pero tener cuidado si hay muchos gases, estos podrían penetrar a través del corcho; así que yo me decidí por una vinoteca (vamos una nevera para el vino) ahora las hay de muchos tamaños y precios; las neveras tradicionales no son adecuadas para mantener mucho tiempo el vino por el exceso de humedad. Hablando de humedad la ideal para el vino está en torno al 70%, si queréis acondicionar un lugar sabed que existen humidificadores y deshumificadores, y también pequeños aparatos que miden temperatura y humedad.
Si no disponéis de bodega ni vinoteca ni nada parecido, el tema se complica; intentad tener en casa el menor número de botellas posible, de todos modos si sois moderados con la calefacción en invierno y tenéis aire acondicionado en verano, a lo mejor el salón de vuestra casa es el mejor sitio para una estantería para el vino. Para el invierno si tenéis una galería cerrada y que no lo dé el sol al mediodía, ese es un buen sitio; pero nunca lo será para el verano, seguro que se acumula mucho calor. En todo caso que nunca se congele ni se achicharre.
En cuanto a las vibraciones no pongáis el vino encima de neveras u otros aparatos que vibren.
Respecto al tiempo de guarda eso dependerá de cada vino y lo dejo para otro post.
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